La escasez de componentes se extenderá hasta 2023, advierte Intel - AnaitGames
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20/12/2021
Pat Gelsinger, el CEO de Intel, ha hablado en una reciente entrevista sobre la escazez de chips que está provocando retrasos y falta de stock en numerosos productos, entre ellos las memorias RAM, las tarjetas gráficas, o las consolas, como bien sabrán los Reyes Magos, este año más apurados que nunca. Aunque ya se están tomando medidas para mitigar los efectos de esta escasez, Gelsinger avisa de que el problema probablemente no se solucionará hasta 2023.
La entrevista se produjo en el contexto de la expansión de Intel en Malasia, parte de la estrategia de ampliación de las capacidades de fabricación de la marca, pensada para hacer frente a situaciones similares a la actual y mitigar sus efectos en el futuro. Las cosas de palacio van despacio, sin embargo, y ni las nuevas plantas de Malasia (en las que se han invertido 7.100 millones de dólares) ni las de Irlanda, Estados Unidos o Israel, también recientes, comenzarán a producir hasta dentro de un tiempo.
Los planes de expansión de Intel no se quedan ahí, tampoco; según Gelsinger, la marca anunciará nuevos movimientos en Estados Unidos y Europa próximamente.
La situación global con una pnademia aún en marcha (y empeorando con esa variante ómicron que está llevando a algunos países a recrudecer las medidas para contener su expansión) y distintas tensiones entre países dificultando la fluidez en la cadena de suministros y encareciendo notablemente el transporte de mercancías, no parece favorecer la idea de que en 2022 volverá la normalidad a una industria de la que no solo dependen el hardware de videojuegos (recordemos que Valve movió el lanzamiento de su Steam Deck a febrero precisamente por este asunto) sino también a los automóviles, otro de los sectores afectados por esta situación.
Las consecuencias de la escasez en la nueva generación de consolas han marcado la conversación durante todo este año, de hecho. Primero, por su efecto más directo: conseguir una PlayStation 5 o una Xbox Series X es sorprendentemente difícil, y los problemas de stock son notables y frecuentes. También por su onda expansiva, que ha llevado a retrasos y también a expandir la intergeneracionalidad de algunos títulos, que en otras circunstancias quizá se habrían beneficiado de ser exclusivos para consolas de nueva generación.
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