¿Quién controla los semiconductores controla la economía global?
04/05/2023
Los años 2021 y 2022 representan un periodo interesante para la economía taiwanesa, ya que a pesar de su complejidad, Taiwán mantiene números optimistas pese a la pandemia y la guerra en Ucrania. Lo confirman los datos del Fondo Monetario Internacional, como el crecimiento anual de un 6,5% en el 2021 y un 3,3% en el 2022; la inflación de un 1,9% y un 3,1%, respectivamente; y el desempleo de un 3,6% para este año. Es una de las economías asiáticas que menos afectadas se han visto frente a la turbulencia económica y el escenario que se vislumbra para 2023.
Construir la economía taiwanesa
La interdependencia china
• Circuitos integrados (138.000 millones),
• Piezas de máquina de oficina (16.100 millones),
• Ordenadores (10.900 millones),
• Medios de audio en blanco (9.200 mil millones),
• Equipos de transmisión (8.000 mil millones).
La consolidación de estas empresas da pie a resolver la pregunta: ¿por qué los semiconductores taiwaneses son los más innovadores del mundo?1 Esta pregunta se resuelve a través de la evolución que ha tenido esta industria dentro de la isla. Algunos autores como Lai, Chang y Shyu (2004), quienes señalan una ruta crítica del éxito taiwanés.
Sus cuatro fases explican los avances tecnológicos que se desarrollaron en Taiwán, generando una alta especialización en todo el proceso y con hi-performance. Es importante destacar cómo la conjugación de las políticas, el desarrollo empresarial y la educación llevaron a que en menos de cincuenta años Taiwán lograra la autosuficiencia. La alta manufactura de nanotecnología que se logró es algo que hasta el contexto de la pandemia se visibiliza, principalmente dejando en evidencia que este expertise es algo que ninguna otra economía del este de Asia o Norteamérica tiene. Respecto a esto último, es importante señalar que en el gremio las marcas que se identifican no son las taiwanesas, sino empresas como: Intel (EE.UU.), Samsung Electronics (Corea del Sur) SK Hinyx (Corea del Sur), Micron Technology (EE.UU.), Qualcomm (EE.UU.), Broadcom (EE.UU.), Texas Instruments (EE.UU.), MediaTek (Taiwán), Kioxia (Japón) y Nvidia (EE.UU.). Si bien estas empresas son las que comercializan, es importante señalar que el suministro de estas empresas se localiza en un 80% en Asia, del cual un 90% se produce en Taiwán (BBC, 2021).
Aunado a esto, el otro tema es la innovación tecnológica basada en el tamaño. Esto se explica a través de la ley de Moore, formulada por el cofundador de Intel, que menciona “que el número de transistores por dispositivo se duplicará cada dos años”. Es importante señalar que esta ley se enfoca a la cantidad de transistores que hay en un área determinada. Resultado de esto es el continuo avance respecto al tamaño, ya que la tendencia es a que cada vez sean más pequeños. De 1971 al 2020, los semiconductores han ido de los 10 µm a los 5 nanómetros, reduciendo el tamaño en 18 ocasiones. De igual manera, se inició con 2.300 transistores y para los años 2000 rebasan los 592 millones. En el caso de la empresa TSMC, para la década de los 2020 se ha focalizado a desarrollar semiconductores de 3 nanómetros, innovación que monopoliza esta empresa taiwanesa. Resultado de esto es que dicha empresa acapara un 55% del mercado mundial.
Lecciones de la pandemia
Conclusiones
Sobre la pregunta del título, se identifican como aspectos clave:
• Taiwán tiene una clara ventaja tecnológica respecto a otros países, principalmente EE.UU. y China, quienes no han logrado consolidar la alta especialización y la autosuficiencia en el proceso de manufactura e innovación en semiconductores. No obstante, esto no quiere decir que ambos países no estén generando estrategias que los lleve, a equilibrar esta ventaja.
• En este momento, esta ventaja a nivel geoeconómico es una moneda de cambio respecto a las condiciones limitadas que tiene Taiwán dentro del sistema internacional, principalmente respecto a la interdependencia que tiene con China; pero a nivel geopolítico, estas mismas condiciones lo dejan en un diálogo no simétrico con otros actores.
Ante todo ello, hablar de Taiwán en su totalidad como una potencia económica no es posible, ya que lo que posee es una gran ventaja competitiva, pero la camisa de fuerza china le limita a potenciarse o abarcar otros espacios dentro del comercio y las finanzas internacionales. El triángulo tecnológico se convierte en la razón que dota de estabilidad a esta región del mundo, pero eso no significa que respecto a la alta política sea suficiente para dialogar en igualdad de condiciones con China o EE.UU. En este tipo de diálogo, el tema Taiwán se convierte en el punto de discusión entre estas dos potencias. La pandemia ha acelerado la necesidad de la digitalización y la demanda de semiconductores; pero, esto no significa que otros actores no hayan ya iniciado políticas hacia la autosuficiencia, esto principalmente en las economías del este de Asia, por lo que la ventaja conlleva una cuenta regresiva. No obstante, mientras eso sucede este tema se convierte en un argumento perfecto en medio de los intereses americanos y chinos, y lo compleja que se ha vuelto esta relación y su impacto en el sistema internacional.
Raquel Isamara León de la Rosa es directora del Observatorio de Política China e investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Nota al pie
1. Los circuitos integrados (CI) fabricados con material semiconductor (como el silicio) son componentes fundamentales de los dispositivos electrónicos modernos (ADM, 2020).
Comentarios
Publicar un comentario