Chips y geopolítica, en El Mundo
22 junio 2023
https://www.enriquedans.com/2023/06/chipos-y-geopolitica-en-el-mundo.html
Jorge Benítez, de El Mundo, se puso en contacto conmigo por correo electrónico para enviarme algunas preguntas sobre la llamada guerra de los chips, los factores geopolíticos implicados y la competencia entre los distintos países, y hoy publica su reportaje titulado «Cómo la guerra de los chips decidirá quién va a dominar el mundo: ‘una escalada bélica sería peligrosísima’» , en el que cita algunos de mis comentarios.
Una industria con una importancia obviamente muy significativa y decididamente creciente, pero en la que existen varias claves que resulta fundamental entender. La primera de todas ellas es que ninguno de los participantes en esta industria es nadie sin su cadena de suministro, y esas cadenas son, por naturaleza, muy complejas e implican a participantes de múltiples países. La idea de «capturo la fábrica de chips y obtengo su capacidad de fabricación» puede funcionar en el Risk y en otros juegos estratégicos de mesa, pero está muy alejada de la realidad, porque esa fábrica, en caso de caer bajo manos de una administración que el resto del mundo considerase hostil, dejaría de funcionar de manera prácticamente inmediata, incluso aunque se mantuviese completamente intacta.
La segunda consideración importante alude al doble uso de la tecnología: aunque los chips son importantes en la electrónica de consumo, también lo son en la industria militar, y esa característica otorga a la industria una consideración especial. Más capacidad de procesamiento, más velocidad, menor tamaño y consumo o prestaciones avanzadas de otros tipos son variables que generan más grados de libertad sea para fabricar smartphones – o, de manera más crítica, wearables – o para crear armas más mortíferas. Las luchas por dominar tecnologías inferiores a los tres nanómetros tienen mucho que ver con los mercados tecnológicos, pero también con las capacidades de los ejércitos. Sí, es triste: miles de años de evolución humana, y seguimos con estas cosas.
La tercera cuestión es la consideración de Taiwan como país que ha construido buena parte de su economía y que ha cimentado su PIB en la fabricación de este tipo de componentes, algo que le ha permitido obtener importantes beneficios y, aunque parezca mentira, protegerse de las ansias expansionistas – o, según ellos, de reunificación – del gobierno chino. Si Taiwan fuese una economía agrícola dedicada al cultivo de arroz, habría sido invadida hace mucho tiempo, y a muy pocos les hubiese importado.
A continuación, las preguntas y respuestas que intercambié con Jorge sobre este tema:
P. ¿Cuál es en tu opinión la clave geopolítica de la guerra de los chips?
R. La clave geopolítica de la guerra de los chips es entender que hablamos de una industria compuesta por muchísimos actores distribuidos en todo el mundo, y que nadie puede ser tan ingenuo como para creer que puede tenerlos todos. TSMC puede ser un líder, pero no es nadie sin ASML, que es una compañía holandesa. Y ASML no es nadie sin las ópticas alemanas y sin otros componentes procedentes de otras compañías y otros países. La cadena de suministro de esta industria es multinacional en su esencia, enormemente compleja, y es imposible dominarla entera. Si China fuese capaz de invadir y dominar Taiwan, y controla TSMC, no tendría en realidad nada, porque dejaría de tener acceso a su cadena de suministro.
Los chips son componentes esenciales para una amplia gama de productos, desde dispositivos electrónicos de consumo hasta sistemas militares avanzados. El acceso a tecnología de vanguardia en semiconductores y la capacidad de producirlos a gran escala confieren una ventaja competitiva significativa en la economía y la seguridad nacional. En los últimos años, ha habido un aumento en la competencia y las tensiones entre las principales potencias mundiales, como Estados Unidos, China y Europa, en la industria de los chips. Estos actores han reconocido la importancia estratégica de tener una base sólida en la producción y el desarrollo de semiconductores para mantener su competitividad tecnológica y salvaguardar sus intereses nacionales. La guerra de los chips implica una serie de elementos geopolíticos clave:
- En primer lugar, está el tema de la autarquía tecnológica, especialmente para aquellos países que dependen en gran medida de las importaciones de chips. La capacidad de producir y asegurar una oferta confiable de semiconductores puede ser vital para evitar vulnerabilidades en áreas críticas como defensa, infraestructura y comunicaciones.
- En segundo lugar, está la cuestión del liderazgo tecnológico y la influencia económica. Las potencias mundiales compiten por liderar la próxima generación de tecnología de chips, como la inteligencia artificial, la Internet de las cosas y la computación cuántica. El dominio en estas áreas puede tener ramificaciones significativas, de nuevo, en la economía, la innovación y la seguridad nacional.
- En tercer lugar, está la dimensión de la seguridad. Los chips pueden ser vulnerables a ataques cibernéticos y el control sobre la producción y la cadena de suministro de semiconductores puede tener implicaciones para la seguridad nacional. Existe la preocupación de que los chips fabricados en ciertos países puedan contener puertas traseras o funciones maliciosas que puedan ser explotadas por actores interesados.
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