La baza de Valencia para el multimillonario plan de la UE en chips: un polo de I+D de fotónica

 La baza de Valencia para el multimillonario plan de la UE en chips: un polo de I+D de fotónica

  • España negocia con la UE una quinta línea para un centro de I+D de esta tecnología
  • El clúster valenciano suma a la expresidenta europea del gigante taiwanés TSMC
  • Multinacionales como Analog Devices, dispuestas a aumentar su inversión actual

19/04/2024

La carrera por lograr atraer las multimillonarias inversiones con las que la Unión Europea quiere pasar de suponer el 9% de la fabricación mundial de chips al 20% ha provocado algo inédito. Varias multinacionales que durante años han mantenido prácticamente en secreto sus centros de I+D en Valencia, donde desarrollan tecnología para gigantes como Google o Apple, han decidido salir a la luz y unir fuerzas para consolidar su propio Silicon Valley en la ciudad del Turia.

Fue así como hace dos años se forjó Valencia Silicon Cluster, un consorcio con 17 empresas y entidades entre las que se encuentran , además de las dos universidades públicas valencianas, firmas como Maxlinear o Bosch, que ya tienen en marcha planes para construir plantas de chips en Irlanda y Alemania. Su objetivo fundamental es lograr que Valencia sea el destino final de buena parte de los 12.250 millones de euros previstos en el Perte Chip, el de semiconductores y microelectrónica, el mayor por volumen económico previsto en España con los fondos europeos Next Generation.

Una misión para la que ha reclutado a la hasta hace poco presidenta para Europa de uno de los mayores fabricantes de chips del mundo, Taiwan Semiconductors Manufacturing Company (TSMC), que invertirá casi 11.000 millones de euros en una factoría en Alemania. Precisamente negociar los detalles de esa inversión multimillonaria ha sido uno de los cometidos de María Marced, una valenciana que dejó su tierra con 17 años para estudiar Teleco y que ha pasado por Telefónica y Philips, ha estado casi 20 años en Intel y fue vicepresidenta de NXP Semiconductors antes de saltar al fabricante taiwanés.

La propia Marced desveló las cartas del clúster industrial valenciano: convertir a la ciudad en el gran referente europeo que lidere el diseño de los nuevos chips basados en fotónica. Según sus palabras, el propio comisionado del Perte Chip, Jaime Martorell, está negociando en Europa la creación de una quinta línea piloto de I+D que se sume a las cuatro ya aprobadas por la UE. Un nuevo área centrado en esta tecnología y que "venga a España", según explicó la directiva delante del propio Martorell durante el Valencia Silicon Forum. Una jornada que sirvió para presentar las tres cátedras universitarias valencianas que recibirán 13,8 millones de euros para formar a 400 ingenieros especializados en los campos más punteros en los que trabajan estas empresas.

Este proyecto permitiría a Valencia sumar otra industria con enorme potencial tras asegurar la gigafactoría de baterías de Volskwagen en Sagunto. La UE prevé destinar a esas grandes líneas piloto de I+D fondos por 1.670 millones de euros y duplicar la inversión hasta 3.300 millones de euros con la aportación de empresas privadas y Gobiernos. Y en ese proceso ya ha asignado cuatro de ellas a consorcios liderados por centros de referencia como el CEA-Lite francés de Grenoble, el IMEC belga (que ha anunciado la creación de un centro en Málaga), el Instituto Fraunhofer alemán y el clúster Etna Valley en Catania (Italia).

Según la experta en tecnología, que recordó que hoy tenemos cientos de chip en todo lo que utilizamos en la vida diaria, con el desarrollo de la Inteligencia Artificial y el crecimiento exponencial de los centros de datos uno de los factores fundamentales será la energía, ya que se estima que consumirán el 10% del consumo de electricidad en 2030. Una oportunidad para quien logre desarrollar los chips basados en la fotónica, que permiten mayores velocidades utilizando la luz para las comunicaciones en lugar de los impulsos eléctricos, con la reducción de energía que eso supone. Para la ingeniera junto con los chips de potencia deberían ser las grandes apuestas de futuro.

"En esa tecnología emergente aún no hay un ganador clarono hay un Intel no hay un Samsung, la oportunidad para ser alguien importante es muy alta", subrayó Marced en su intervención, que considera que "ahí está la oportunidad para que Valencia". Y es que sus universidades se encuentran algunos de los laboratorios punteros en Europa en este campo, de los que además ya han salido spin-off de éxito con productos en el mercado como Das Photonics, VLC Photonics -adquirida por Hitachi-, o Ipronics, que precisamente acaba de fabricar el primer chip fotónico universal, programable y multifuncional en todo el mundo a partir de los trabajos del investigador valenciano José Campmany.

Además, las múltiples posibilidades de la fotónica han atraído a las universidades valencianas a empresas de otros sectores, como el aeroespacial, el naval o defensa. Hace apenas unas semanas Navantia creaba una cátedra con la Universidad Politécnica de Valencia para la investigación y desarrollo científico y tecnológico en el campo de la fotónica, que tiene aplicación en las comunicaciones láser entre buques o para aumentar el camuflaje, al poder evitar ser detectados por el rádar.

El problema y la solución a la falta de ingenieros

Para la ejecutiva, "el problema fundamental en el sector de semiconductores ahora en todo el mundo es la escasez de talento". Un obstáculo para el que precisamente las nuevas cátedras y el siguiente paso del clúster valenciano, crear un Campus Internacional, se presenta como una solución para las empresas del sector para el que aspira a otros 50 millones del Perte.

De hecho Marced apuntó que algunas de las multinacionales presentes en Valencia ya han mostrado su intención de aumentar su inversión, como le manifestó el propio presidente de Analog Devices, un gigante estadounidense del diseño de microelectrónica que factura 12.000 millones de dólares y emplea a 26.000 personas en todo el mundo para proveer con su tecnología a Apple.

Según Valencia Silicon Cluster, el sector valenciano con 600 ingenieros supone alrededor del 50% del total de la industria española de diseño de chips y fotónica. Pese a ello, su presidenta, la responsable de la filial española de Maxlinear, Mayte Bacete, también reconoce que otras comunidades como Cataluña, Andalucía con Málaga, Madrid, País Vasco y Galicia apuestan fuerte por atraer la inversión del Perte Chip.

No habrá megafábricas a corto plazo aquí

La expresidenta europea de TSMC también dejó claro que no es viable la instalación de una gran factoría de procesamiento de chips en nuestro país por el momento. "A mí me han estado llamando para ver si en España podíamos tener fábrica. Yo ya he explicado muchas veces que en España no es posible porque todavía no hay las condiciones. Pero las condiciones las va a crear el campus". Así, recordó que si en cualquier industria la escala es importante, "en semiconductores aún lo es más", ya que montar una fábrica de semiconductores de tecnología madura son 10.000 millones de euros de inversión. "Si vamos a una tecnología avanzada, hay que contar por lo menos con 20.000 millones de inversión", indicó la directiva, que explicó que cada herramienta de litografía de esas factorías cuesta medio millón de euros.

Por eso considera que es en los centros de diseño y en el prototipado, el denominado "lab to fab", el salto previo del laboratorio a la cadena de fabricación para la que se crean plantas piloto con elevadas inversiones, donde España y Valencia puede jugar sus bazas para crear un sector potente. No en vano, hoy en día aunque la industria de los chips concentra la producción en Asia, con Corea a la cabeza de los chips de memoria y Taiwán en los chips inteligentesEstados Unidos es quien acapara la parte del diseño.

El modelo de Barcelona

El consenso que ha logrado reunir la posibilidad de desarrollar una industria del chip ha hecho que sus promotores incluso se hayan permitido anunciar que para desarrollar sus planes del nuevo Campus han tomado como modelo de éxito el Barcelona Supercomputing Centre que permitió crear y desarrollar el superordenador Mare Nostrum. Un ejemplo de la ciudad condal, donde en ciertos ámbitos de la capital valenciana siempre se mira con recelo a la vecina del norte.


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