Una alianza empresarial pone a Valencia en el mapa de la industria de los chips
El ecosistema creado en la ciudad en torno a los semiconductores ejemplifica la ebullición de clústeres que buscan posicionarse en sectores innovadores
28/11/2022
Valencia se ha erigido como región candidata para convertir a España en una potencia europea en el diseño de semiconductores, esas minúsculas piezas necesarias para el funcionamiento de prácticamente todos los productos que nos rodean, como coches, teléfonos inteligentes u ordenadores. La razón es evidente: hasta siete empresas dedicadas a la microelectrónica y la fotónica tienen su sede en la ciudad levantina y, ante la importancia estratégica de esta industria, han unido fuerzas en el lobby Valencia Silicon Clúster.
«Al darse esa concentración tan singular decidimos agruparnos para dar visibilidad al sector, potenciarlo y trabajar juntos para conseguir que el ecosistema crezca y se haga más fuerte», explica Mayte Bacete, impulsora de la asociación y directora general de MaxLinear Hispania (ubicada en el Parque Tecnológico de Paterna), filial española de la multinacional estadounidense dedicada al diseño de chips para casi cualquier tipo de aplicación de comunicación.
Es una de las empresas integrantes del clúster, junto con Analog Devices, ams Osram, Bosch, VLC Photonics/Hitachi, Ipronics, DAS Photonics y Gobernanza Industrial, que cuentan con el apoyo estratégico de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Universidad de Valencia. «El clúster es una manera de dar visibilidad a la existencia de esa concentración de empresas, lo cual hace que se fomenten colaboraciones de una forma más práctica», añade la experta.
Cabe recordar que para evitar que la dependencia que tenemos de Asia y Estados Unidos vuelva a pasar factura a sectores clave del Viejo Continente, Bruselas se ha marcado como objetivo que el 20% de los chips de todo el mundo se produzcan en la Unión Europea en 2030 (la cuota actual apenas ronda el 10%). El gobierno español también ha dado un acelerón para aumentar la resiliencia del país en este ámbito, con la aprobación del Perte sobre microchips y semiconductores, dotado con 12.250 millones de euros de inversión pública hasta 2027. «Es una oportunidad única y debemos aprovecharla, para que no ocurra como en otros Perte en los que los fondos terminan sin utilizarse porque las reglas para su adjudicación ponen tantas trabas que al final las empresas deciden ni acudir a las convocatorias», advierte Bacete, que pide herramientas que faciliten el uso adecuado de los fondos.
España ha presentado once proyectos al IPCEI de microelectrónica de 2021, de los cuales cuatro están liderados por empresas valencianas, todas miembros del clúster. «Todavía no se ha resuelto la adjudicación, pero esperamos que ocurra en el primer trimestre del año que viene», comenta Bacete, cuya compañía encabeza uno de los proyectos. A pesar de que los distintos países europeos anhelaban contar con una fábrica de chips (Alemania lo ha conseguido gracias a la instalación de Intel en Madenburg), para la experta lo fundamental es que se potencien las empresas de diseño. «Si este ecosistema crece, es el que va a dar sentido a plantearse inversiones altas como pueda ser una 'foundry'. Primero debemos ser capaces de tener centros de diseño muy fuertes en España para que las fábricas vengan como 'consecuencia de' en el futuro», justifica.
Además de los esfuerzos realizados por Valencia Silicon Valley, la Comunidad de Madrid ha presentado esta semana su Clúster de Innovación Tecnológica y Talento en semiconductores y chips, integrado por veinte grupos empresariales, las seis universidades públicas, los siete IMDEAS y la Fundación madrid+d, que pretende que la región logre una situación privilegiada en la crisis de abastecimiento de estos materiales.
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